COYHAIQUE


Y me llamó tu ausencia,
tu amor en lejanía.
Me llamó tu lluvia y tu piel árida.
Me llamaron tus fiordos,
tu clima de estepa.

Y quise entender tu frontera,
 tu longitud austral;
sumergirme entre tus lagos
y sentir tu belleza de bosque milenario.

Te amo en la distancia, 
pegado en mi recuerdo
Tu borde de río, tu paisaje rocoso,
Y me trepo en tu cuerpo: en tu piedra del indio
para entenderte majestuoso sobre el puente que cruza el río.

No puedo olvidarte, caprichoso laberinto.
Mi alma tiembla prendida de tu cordillera.
Y si en este instante, pudiera otra vez besarte
pediría perderme contigo entre tus islas verdes.
Descansar en ti, en una tarde de bordes costeros.
Dejar que mi alma viaje contigo entre historias y leyendas
y recordar tus manos entrelazadas a las mías
 por esta tierra de chonos, alacalufes y yaganes.


Descubrir tu corazón de roca creciendo entre aguas turquesas.
Navegar perdida en tì, estuario de elefantes.
y sentirte
y abrazarte sin miedo
cuando me toque el frío.

Recorrerte sin pausa, vivir un momento eterno.
Convertirme contigo en viento
y caminar  otra vez, entre coigües, tepas y canelos.

Sé mi basilisco esta noche que te pienso
Déjame verte de nuevo y paraliza mi amor eternamente.
Duérmete esta noche en mi cuerpo y succiona a distancia mi aliento.
Y no abandones mi casa, quédate:
hasta que mi amor brujo pueda un día consumirte eternamente.
 
Irma Cristina Cardona 


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