Despedida

Descubrí que te amaba
justo cuando supe que no estarías más.
Y te buscó mi risa
tratando de llenar el vacío de tu ausencia.
Hubiera querido amarrar tu amor a la pata de mi cama,
que no te fueras nunca,
que pudieramos seguir jugando,
inventando ese mundo nuestro
donde no cabía nadie mas.
Ya sé que no estás
que no me encontraré más en tus ojos,
que tu sangre no correrá otra vez por mi.
Y el miedo no se va
porque no sé que le voy a decir a mi corazón
cuando te vea en otra boca que ya no sea la mía.
Entiendo que la vida es eso,
que no puedo comprar tu cariño,
que no puedo intentar atarte con mi cuerpo.
Sé que ya no estás para mi
y no quiero otra cosa esta noche que llorar
tal vez sobre tu cuerpo,
el que tanto y tantas veces fue mio,
el que tuvo el privilegio de tenerme.

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