Abstinencia.

No cambia nada
El reloj se ríe a sus anchas
y yo no aprendo
a escapar de esa trampa
que producen a veces los sentimientos,
a olfatear el tiempo cuando va a ser perdido,
a recordar el dolor de un beso equivocado para no repetirlo,
a entender que no significa no
y que solo tengo el poder
de transformarme a mi misma.

Vuelvo a llorar,
entendiendo ahora, al menos,
que regresar y retornarme el aire,
y decir: estuvo bien,
tranquila... esto también pasará",
-todo eso- solo depende de mi.

Y que también, claro esta,
aunque abuse de mi tarjeta de crédito,
y cambie en apariencia este rostro de tristeza;
aunque me corte el pelo
y me haga la sorda y la ciega
la cicatriz se va a quedar... (sin remedio).

Seguro que esta vez dolerá menos
la ausencia,
el recuerdo,
el silencio.
Seguro empezaré de nuevo
mirando otro mar,
transformando otra vez mi viento.
Seguro mañana miraré atrás
y podré verte distinto...
Ya habré pasado este cruel
estado de abstinencia.

Comentarios