Domingo en la tarde

Esta mujer no quiere robarte el corazón.
No intenta cambiarte,  ni que dejes de ser.
Esta mujer no quiere quitarte las alas,
pues tiene las propias. No quiere tu tiempo, pues vive del propio. Esta mujer no busca competir contigo, ni ganar ninguna batalla. Esta mujer no quiere tus palabras llenando sus silencios, esta mujer no aspira ningún felices para siempre porque sabe que nada es eterno salvo a veces la amistad. No quiere un palacio ni que llenes su vida de tesoros.
Esta mujer quiere quererte y que te dejes querer,  sin que esto implique poner el mundo a sus pies. Esta mujer a abierto para ti un espacio en su corazón donde puedes entrar sin miedo y salir si te hace falta.  Quiere acariciarte porque sabe que las caricias están llenas de bendiciones.
Quiere besarte porque sabe que los besos apaciguan pesares. Quiere hacerte el amor, porque conoce  la capacidad que tiene la piel de calmar angustias, de renovar, de revivir. Esta mujer quiere ver contigo las estrellas, caminar contigo de la mano sin que le debas nada, sin que te deba nada.  Esta mujer que tienes al frente, sabe que tienes tu propia vida y que entiendes que tiene la suya; pero aún con tantas certezas,  necesita a veces  tu luz cuando nadie más puede detener el frío, necesita tu boca acallando sus pensamientos, necesita tu abrazo deteniendo su miedo. Y está ahí: en silencio sin otra intención de hacer el camino más feliz y mas simple.

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