NACIMIENTO
No soy la diosa del sol
pero creo en la capacidad
que tiene una sola estrella de brillar.
No soy la diosa de la guerra
pero sé que es ganar y perder batallas,
desfundar las armas
lanzar flechas
ponerle el pecho a la vida...
Sé lo que se siente
no querer ser guerra
ni guerrera
ni andar buscando tregua.
No soy la diosa del amor
pero mi corazón ha vivido
y delirado historias.
Ha reído
llorado
y ha salido triunfante
de faenas de infarto.
No soy la reina del cielo
pero vivo cubierta de luz celestial.
No soy la Venus matutina
pero me siento distinta
como la oveja negra del sistema solar
girando lenta sobre mi propio eje
al contrario de como lo hacen los demás.
No soy Marte
no soy León, ni vaca
no me envuelven diez y seis rayos...
Me muevo entre nubes
y a veces
solo a veces
puedo ser visible a plena luz del día.
No
No soy la Venus vespertina
pero soy capaz de descender
al mundo inferior
de caer sobre el horizonte
desaparecer
perderme en el tiempo
ocultarme.
No soy manceba de los dioses,
ni sé prodigar amor
entre hombres y bestias.
No soy Anna
no soy la hija de Ptah
no soy Belit
no soy la gran madre.
No soy la diosa tutelar
de la ciudad de Uruk.
No soy la hija del cielo y de la luna
no soy la diosa de la primavera,
ni levito entre viñedos y jardines.
No soy Inanna
pero ascendí del infierno
y permití que mi alma
se agitara de nuevo.
Dejé de sentirme opacada
por la brillante luz solar
dejé de engañar y de engañarme
al entender que mi madre ya no está.
No soy Ichar
pero por ella acepto
el poder de la gran triada cósmica
que me hace creer de nuevo en mí
porque sin ser diosa
sé convertirme en amor y guerra,
dejar de ser invisible
sin temerle a la gran estrella.
No soy Innana
pero le permito revelarme
para fundirme en la magia
de este tiempo en tránsito.
Irma Cristina Cardona
Septiembre 19 2021
(3 días después de mi nacimiento)
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