puente roto


Me alcanzó la rabia detrás de tu recuerdo. Me alcanzaron las ganas de llorar y ver la cara injusta de la muerte. Me alcanzó la rabia de ver en otros los ojos del miedo. Me alcanzó la rabia al no entender por qué no estás aquí aterrizándolo todo, dándole sentido a todo, empujándolo todo. Me alcanzó la rabia al entender que eras tú la que movías el mundo, que eras la palanca, que eras el puente. 

El puente ahora está roto y yo no tengo ganas de reconstruirlo para cruzar.

Me quedaré mirando desde la otra orilla sin pretender cambiar lo que no tiene vuelta. Me quedaré al otro lado de la orilla, sabiendo que nada será como antes y que mi tarea interior está en mirar hacia otro lugar. 

Ya no hay  puente,
ya no hay ganas de cruzar. 

Me queda un Gracias 


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