Ahora

Puedo quedarme un rato
y entender eso que no es tan evidente.
Puedo viajarte, caminarte, recorrerte.
Puedo pasearme en tu boca
y hacerte todo mío,  por un momento
y dejar que eso nuestro confluya
hasta que inicie ese extraño momento
              del silencio, del adiós temporal.
Del posible hasta siempre,
del nunca más.
Pero en este hoy en el que estas,
sin nada diferente a que sigas siendo
                            tan tuyo y yo tan mía,
quiero que tu abrazo se quede
          durmiendo conmigo esta noche
y sin querer queriendo
a provisiones de cariño  mi alforja,
para que en el viaje de mañana,
en el que posiblemente
                  estarás sólo en mi recuerdo,
me alimente de momentos lindos
como los que me regalas ahora:
                 cada vez que estamos juntos.

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